Lo extraño. Te extraño. Y sólo puedo escribir. Sólo puedo escribir en esta computadora porque me cuesta tanto trabajo ver con los ojos tan llenos de lágrimas… dónde está esa pasión que me conquistó, esas palabras que pensé que algún día serían mías… y ahora mi cuerpo se convulsiona de dolor, de nostalgia, de una extraña tristeza que me parece conocida pero que no logro reconocer del todo.
Yo me enamoré. Me enamoré de algo que ahora es tan diferente, y el amor sigue, el amor está, sólo es tan diferente, y extraño lo que me atrapó, lo que me hizo creer, lo que me hizo caer.
Me duele reconocer que has vivido esto antes con otras personas. No quiero pensar que es así, quiero pensar que esto que vivimos es sólo tuyo, sólo mío. No sé exactamente qué es lo que me hace tanta falta… fui tan feliz el día que empecé este vuelo, el día que leí esas palabras que para mí significaron la carrera que me elevaría. Esas palabras lo dijeron todo, con tan poco. Y sólo no sé qué siento cuando me doy cuenta que esas palabras existían para otras personas, y que ya no existen para mí. Las palabras escritas. Las palabras de poesía. Las palabras románticas. Las palabras que me invitaron a amar. ¿Acaso cuando ya está el amor se pierden esas palabras? No son sólo palabras para mí, no quiero que se pierdan, porque se perdería también su magia, que es grande, inmensa, indispensable.
Lo entiendo, hace mucho tampoco escribo. Y es tal vez porque hace mucho no siento esta inquietud en el pecho, de lo grande, de lo triste, de lo hermoso, que sólo puede escapar y volar a través de estúpidas palabras.
No quiero ser la que siempre está. Y eso tal vez contradice al amor, pero la que siempre está, ¿qué precio tiene? Es gratis. SIEMPRE está. Y yo quiero esa emoción aplastada en papel, el valor de un poema, de un pensamiento hermoso, o tan importante que duele lo suficiente como para escribirlo.
No entiendo exactamente qué quiero decir. Quiero que me escriban, tal vez por eso escribo. Tal vez es absurdo, tal vez lo verdaderamente importante no se escribe, tal vez sólo se canta, o se acaricia, o se abraza. Se ama. Pero tal vez a veces se me olvida de dónde viene todo eso y tal vez entonces sí ayudan las palabras.
Extraño esa idea, esas palabras escritas en código, en secreto a voces, en letras desveladas. Así que me desvelo pidiéndolo, esperándolo, deseándolo.
Sé que tal vez ya no hay secretos. Pero sé que los hay.
No sé qué es. Me duele. ¿Qué es para ti? ¿Qué es para mí? ¿Algún día dirás eso de mí? ¿Seré algún día un verbo en pasado? Quisiera ser algo más que eso…… ¿a qué le creo? Se mojan mis ojos porque me importa tanto. Me cuesta leer porque estás ya tan enterrado en mí. Pero sin embargo quiero leer, porque habla de ti, de algo de ti que no sabía…y que me cuesta saber.
Pero te amo.